Un viaje inesperado

EL VIAJE INESPERADO.

Nunca pensé que regresaría, ni tampoco esperé que me llevaran, pero todo comienza cuando nací.

Nací un 6 de Noviembre de 1962 a las 8:06 a.m., mis padres me contaron que fue un parto anormal, mi cuello se enredó con el cordón umbilical y después se rompió; todo mi demás cuerpo salió bien del parto, hubiese sido muy peligroso si mi cuello no se curara, cortaron el cordón pero mi cuello seguía lastimado, les dijeron a  mis padres que yo moriría en tan sólo unas horas, mi padre muy estresado salió del hospital y quería ir a casa, en el camino se encontró con una entidad con capucha, la cual le dijo a mi padre que él me podía salvarme, tan solo tenía que ir a comprarle a esta identidad una máquina para hacer burbujas, mi padre muy extrañado se la compró y se la dio, inmediatamente llamaron del hospital y le dijeron que por alguna rara casualidad mi cuello ya no tenía ninguna herida.

Cuando yo tenía unos 8 años, me encontré a esta rara identidad, ésta me dijo que aún le debía un favor, pero no me importó y continué con mi vida; hasta que unos años más tarde, me sucedieron cosas muy raras, una de ellas, era que cada vez que me iba a acostar salían burbujas debajo de mi cama y cuando me intentaba levantar para ver de dónde salían, éstas desaparecían.

Un día estaba saliendo para ir a la universidad, cuando en el cielo venía hacia mí una burbuja, ésta llegó a un lado de mí y se detuvo. Se movió de un lado a otro hasta que me absorbió. No podía salir, tampoco se veía nada, supuse que estaba cada vez más alto porque me faltaba cada vez más el aire.

Después de horas y horas de desesperación, paró la burbuja y se ponchó. De pronto, ya estaba en otro planeta. Éste planeta era muy raro, no había nadie, me sentía sola, hasta que en un momento, vi a la misma identidad que se me acercó y me dijo que aún le debía un favor. Me dijo que aún no le había pagado el favor, que tendría que esperar un poco para pagarlo.

De repente, esta identidad desapareció y me quedé sola en este extraño planeta. El planeta tenía un ambiente cálido, no existía el sol, pero aun así tenía luz, el cielo tenía un raro tono amarillezco, la tierra era como arena, las montañas altas y con mucha vegetación y a lo lejos se veía una pequeña ciudad, la cual parecía un pueblo fantasma.

Caminé hacia ella, pero entre más caminaba, más lejos estaba, además no se podía caminar normal ¡se podía brincar! Era una especia de trampa, caminaba y todo seguía igual hasta que me di cuenta de que seguía encerrada en la burbuja, pero esta no era la misma, recordé que traía un broche en el cabello, el cual me quité y toqué la burbuja y se ponchó. Caí y caí por un pozo hasta que llegué a la misma ciudad que vi a lo lejos y aun así, seguía como un pueblo fantasma.

Caminé a un edificio y al entrar vi a unas criaturas, su cuerpo de un tono color hueso y tenían seis brazos-tentáculos, sus caras no lucían mal, tenían un gesto tierno, tenían la estatura de un humano promedio, le pregunté a una de ellas que en dónde me encontraba, la verdad no creí que me fueran a entender, pero lo hicieron, me dijeron que me encontraba en el planeta Plío, claro después de una explicación de planetas llegué a la conclusión que el planeta Plío está en la  galaxia próxima Sentauri, no podía creer que me encontraba tan lejos de casa, pero así fue. Me dijeron que era la salvadora, yo seguía sin entender nada, me envolvieron en otra burbuja y ahí estaba, la identidad con capucha.  Me dijo que le alegraba que estuviera allí, se quitó la capucha y era igual a mí, todo era aún más confuso, dijo que mis padres la abandonaron cuando yo nací.

Me atrapó y me encerró en un calabozo.

Al día siguiente me sacó y dijo que yo quedaría en su lugar, y ella se iría con mis padres para vivir feliz con ellos, y que yo sufriera en su lugar, aunque decidió en ese momento que sería mejor aniquilarme para no existir más, así que me volvió a llevar al calabozo.

Pasaron días y meses, la verdad perdí la cuenta, me sacó y me invitó a cenar, la verdad no entendí porque ahora se estaba comportando tan amable, pero acepté, porque en el tiempo que estuve encerrada allí, apenas y comí algo, pero acepté por necesidad.

-Ven a comer- me dijo con forma maligna.

-¿Por qué me estas tratando tan bien? – le pregunté.

-Porque eres mi hermana.

-¿Y me amas de verdad o sólo es por conveniencia?

-¡En verdad te amo!- me respondió.

-Entonces si me amaras, no me hubieras encerrado.

-Ok, solo ven a comer.

-¿Y si no quiero? , tu solo me quieres conocer más para que mis padres no se den cuenta que eres otra.

Abrió la boca y me mostró toda su mandíbula, sus dientes no eran dientes, eran colmillos gigantes, su boca era enorme.

-¿Vendrás a comer o no? -  me sonrió.

-Sí, pero ¿Cuál favor te debía?

-No puedo decirte- lo dijo de forma sangrona.

-Ok como tu desees.

En mi mente estaba creando un plan para deshacerme de ella.

-Vamos a cenar- me dijo.

-¡Vamos! – le contesté.

Llegamos al comedor de la casa, ya estaba toda la comida preparada y comenzamos a cenar.

-¿Qué te parece la comida?- me preguntó.

-Muy rica- respondí, aunque la verdad no me gustó.

-Y ahora, cuéntame, ¿Sigues mal del cuello?

-No, la verdad no.

-Gracias a mí- respondió rápidamente.

-Si gracias a ti.

-Y--- ¿Cómo están mamá y papá? – le pregunté.

-Están muy bien- dijo.

Terminamos de cenar y llegó el postre. Cuando éstas criaturas abrieron las puertas de la cocina, vi que le pusieron algo a mi postre, parecía anestesia ¡me quería anestesiar!”.

-Oye hermana- le dije.

-¿Sí?

-La verdad no quiero postre.

-¿Por qué no?

-La verdad es que soy alérgica.

-¡No te creoooooo!  Somos iguales de pie a cabeza.

-La verdad no se me antoja.

-Bueno, puedes irte a acostar.- me dijo.

-Claro, pero el único problema es que no hay cama en el calabozo.

-Claro que no te va a dormir allí, mis sirvientes te prepararon una recámara para que duermas.

-¡Gracias! Pero ahora, ¿Por qué te comportas tan amable conmigo?.

-¿Qué no puedo ser amable con mi gemela?.

-Si…nunca dije que no.

Me mostró donde iba a dormir y me acosté, esperé que ya todos estuvieran dormidos y me levanté. Salí de la habitación y fui a investigar la casa. Encontré muchos calabozos, éstos estaban en el sótano, en el mismo lugar había un pasillo el cual llevaba a una máquina de burbujas, aun lado había a una puerta, la cual intenté abrirla pero estaba cerrada con llave.

Regresé y fui donde estaba mi hermana dormida, abrí la puerta lentamente y noté que llevaba en su cuello una llave, intenté quitársela, pero inmediatamente me jaló la mano.

-Prefiero morirme que estar contigo- le dije.

-Pues así será- me contestó.

Me tomó de la mano y me llevó al calabozo. Me dijo que mañana me espera mi muerte para que ella viviera feliz otra vez.

Cuando me estaba encerrando tomé la llave de su cuello y al hacerlo, me arañó la cara.

Logré zafarme y salí corriendo a la puerta, la abrí, allí se encontraba su corazón, el cual tomé y fui apachurrándolo cada vez más, hasta que lo apachurré por completo.

Tomé la máquina de burbujas, la encendí y cuando comenzaron a salir las burbujas me metí dentro de una de ellas. Salí de la casa y salí también de la atmósfera del planeta Plío. La verdad, todo fue terrible.

Llegué a mí casa, todo estaba igual. Abracé a mis padres y ellos seguían igual, no se habían preocupado. Solo habían pasado 6 minutos desde que me fui.

Les pregunté que si habían tenido otra hija o hijo y me dijeron que no, que nunca.

Mi cuello me comenzó a doler y se comenzó a doblar, así tuve que vivir el resto de mi vida. Me sigo preguntando ¿por qué la maté? ¿se rompió la forma en la que me salvó? De una cosa si estaba segura, al haber aniquilado a mi “hermana” salvé a los habitantes del planeta Plío de un ser tan malvado y maligno, que solo les hacía daño.

M.N.P.